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19 de noviembre de 2010

El extraño caso del hombre dormido

Sí señores, hoy os voy a contar una historia.
Todo empezó la pasada noche. Después de una bonita, y por ratos borrosa, fiesta de cumpleaños, me disponía a entrar en mi casa. Entré. Me dirigí al salón a dejar y lavar los vasos que había cogido en el pub donde habíamos estado alternando. Todo en orden; los sofás en su sitio y nadie encima de ellos. Cuando terminé mi laboriosa tarea, me lavé los dientes, me puse el pijama y me metí a la cama. Tres de la mañana.
El extraño acontecimiento se dió lugar a la mañana siguiente. Por alguna razón que desconozco, me desperté a las nueve de la mañana. No me podía dormir y hasta las once no tenía clase. Decidí levantarme, desayunar, darme una ducha e irme a dar un paseo por Cork. Cuidad preciosa a esas horas por cierto. Iba alegremente caminando cuando me encontré a uno de mis compañeros irlandeses. Le saludé a pesar de lo extrañados que estábamos ambos de coincidir a estas horas por Cork City. Como ya estaba cansado de caminar, entré a una tienda y compré unas cartas de póquer 100% plastic, porque me apetecía.
En esas estaba yo cuando miré el reloj (del móvil), y ví que eran las diez. En una hora a clase. Entré en casa, la puerta estaba abierta y una misteriosa fuerza me empujaba hacia el salón. Cuando llegué al umbral de salón decubrí que había un joven durmiendo en mi sofá. Me parecía raro, porque cuando me fui no había nadie. Decidí no despertarle. El mozo se había quedao dormido con la lavadora a tope de centrifugación, algo que es digno de admirar si no eres chino y sabes todo el ruido que hace mi lavadora.
A la una he vuelto de clase y no había nadie en el sofá. He preguntado al otro compañero irlandés y al alemán. Ninguno de los dos sabe quién es el susodicho.
Me falta preguntar al que me encontré por la mañana, y espero que sea amigo suyo. Porque si no, podré decir que en mi casa ha dormido fugazmente un educado homeless.
Qué le vas a hacer, son cosas del Erasmus. Supongo.





3 comentarios:

  1. No sé si quiero saber como acaba la historia.

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  2. Escribe, cerdo cabrón. Estoy harto de abrir tu blog y encontrarme con nada ¬¬.

    Nos lo merecemos Víctor, nos lo merecemos.


    Pd: Escribe ¬¬

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  3. prometo que para el viernes hay una entrada

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